La nueva normalidad ha propulsado la realidad extendida, o eXtended Reality (XR). Así se llama a la fusión de entornos reales y virtuales, que pueden además reaccionar a la interacción del usuario. Bajo este concepto paraguas encontramos la realidad virtual (VR), la realidad aumentada (AR) y la realidad mixta (MR).
En los últimos meses se ha acelerado la adopción de la AR, que se puede activar directamente desde el navegador del móvil, sin tener que descargar aplicaciones. La posibilidad de ver un producto tridimensionalmente tal como quedaría en ese rincón de tu casa para el que lo imaginabas mejora la experiencia de compra y reduce las devoluciones. También abre muchas posibilidades para los productos físicos, convirtiendo el packaging en un canal de comunicación con el consumidor.
Las opciones son muchas, desde extender virtualmente el espacio de venta, a crear nuevos productos y servicios que solo tienen sentido experimentándolos tridimensionalmente. Cada vez más, los consumidores priorizarán las experiencias relevantes y fáciles. Ver las cosas tal como son, con volumen, es lo natural.
Las narraciones persuasivas serán experienciales, pasando del mostrar a al experimentar sensorialmente. Pueden resultar la mejor estrategia para convertir una situación compleja en una experiencia agradable o para crear universos de marca sorprendentes y gamificados a los que los clientes quieran volver una y otra vez, especialmente los más pequeños.