Hacer elecciones

Daniela Peinado
7 de abril de 2020 · 8 min de lectura

La dificultad para tomar decisiones reside frecuentemente en unos pocos factores. Considerarlos puede suponer la diferencia entre bloquearse o avanzar.

Elegir el camino

Una persona no puede llegar a dos lugares al mismo tiempo. No puede realizar dos viajes a la vez. Ante dos o más opciones, deberá elegir.

Antes de hacerlo, deberá considerar que sus caminos podrán ser realmente atractivos y deseables, con multitud de gratificaciones. Sucederá que un camino podría ser más largo y cansado, el otro más tortuoso y difícil. Que el primero suponga tener que hacer más paradas, y el segundo tenga un recorrido menos claro, étc…

Normalmente escogemos un lugar para ir de vacaciones, aunque, habrá quién podrá elegir dos o más. Para poder hacerlo, deberá poder permitírselo, después, seleccionar el orden en el que deberán sucederse, como conectarlos, financiarlos y finalmente recorrerlos y disfrutarlos. En uno podríamos ver el Empire State, la Estatua de Libertad y el SOHO, en otro bucear en magníficos Cenotes y ruinas ancestrales. Pero será improbable que se den ambas a la vez.

Cuando hablamos de estrategia, hablamos precisamente de elegir. De tomar un camino que nos lleve a una posición mejor. El lugar al que queremos o necesitamos ir. Casi siempre, suele haber múltiples formas de hacer las cosas, opciones, ideas, estrategias… Cada opción posible tendrá sus beneficios y sus premios tanto como sus riesgos, esfuerzos y costes.

Parece claro. Sin embargo, es frecuente ver a equipos, directivos y empresas dudar, bloquearse e incluso sufrir a la hora de tomar decisiones, en elegir.

La dificultad de hacer elecciones

De forma habitual, esta dificultad reside, entre otros, en cuatro factores clave:

  1. Miedo a equivocarnos: ¿Y si cometo un error? ¿Y si la opción correcta es la otra? Sucede que frecuentemente esto nos bloquea.
  2. Falta de compromiso: Es fácil comenzar el camino con ilusión y determinación. Más complicado cuando el cansancio y/o las dificultades aparecen. Si no hay compromiso, cambiaremos de rumbo cada vez que estas llegan y será imposible lograr llegar al lugar que habíamos planeado.
  3. Evitar las consecuencias: Toda elección tendrá consecuencias, positivas y negativas. Debemos estar dispuestos a aceptar ambas por igual. No podemos elegir sólo las primeras. En ocasiones, no estamos dispuestos a asumir un posible desenlace negativo.
  4. Apego a las ideas o beneficios: Cuando evitamos desprendernos de los beneficios positivos que una o varias de las opciones nos traerá. Queremos lo mejor de ambos caminos, lo mejor de dos mundos, una y otra cosa y buscamos cómo mantener ambos.

La estrategia es el arte del sacrificio.

Se conocen de sobra los éxitos de Apple, pero antes de iniciar ese camino, Steve Jobs tuvo que tomar una primera y crítica decisión. A su regresó en 1997, decidió cerrar múltiples líneas de negocio. Computadores, impresoras, consumibles o el famoso Newton quedaron extintos… Jobs explicó entonces a sus colaboradores que tan solo trabajarían en cuatro nuevos productos. Dos para consumidor (iMac e iBook), y dos para el mercado profesional (G3 y Powerbook). La decisión supuso un elevado coste y malestar interno, en un año en el que Apple perdía más de mil millones. No obstante, permitió centrar el talento de la compañía en menos pero mejores productos. Mucho mejores.

Una vez creados y bien establecidos en el mercado, desde esa excelencia y estabilidad. La compañía comenzó a lanzar poco a poco y de forma controlada, nuevas líneas de producto, muchas de ellas incluso más exitosas.

La estrategia es el arte del sacrificio. Es el arte de centrarse y ser capaces de alinear todos los recursos y energías de una compañía en una misma dirección, en un sólo propósito. El arte de decir NO a todo aquello que nos aleje, disperse o debilite a la hora de conseguir una posición diferencial, por gratificante e incluso rentable que pueda resultar.

Netflix o Instagram suponen otros dos buenos ejemplos. La primera decidió generar una inmensa capacidad de streaming digital y pago por suscripción para deshacerse de su modelo de negocio basado en rentar y enviar DVD por correo. La segunda sacrificó múltiples funcionalidades en su App para centrarse y potenciar la toma y subida de instantáneas “aderezadas” con filtros y marcos fotográficos.

Dividir nuestra energía en querer llegar a múltiples sitios, nos puede hacer ganar dinero, puede acercarnos a nuevas oportunidades de negocio tanto como a la mediocridad en nuestras actividades.

Centrar la energía de una empresa suele tener la recompensa de la solidez, hacer las cosas mejor y en consecuencia estar más fuerte frente a la competencia. Los clientes prefieren a quienes hacen la cosas mejor. Los empleados también.

Entender nuestra toma de decisiones

Conviene pues comprender cómo se da la toma de decisiones dentro de nuestros equipos, directivos o empresas. Incluso en nosotros mismos.

¿Es fácil decidir y avanzar?

¿Qué está sucediendo? ¿Vamos bien o lentos?¿Nos bloqueamos?¿Cambiamos constantemente de rumbo?

De ser así. ¿Qué provoca ese comportamiento? ¿Hay claridad en lo que queremos?¿ Queremos evitar el error?¿dudamos de forma constante si vamos por el recorrido adecuado?¿Lo queremos todo?¿Qué más?

La duda y la incertidumbre son parte del juego. No siempre hay certeza. Por ello, si queremos avanzar debemos en primer lugar, entender que habrá riesgos visibles e invisibles y podemos estar equivocados.

Por eso, para minimizar esos peligros, tendremos que actuar con compromiso. Esforzarnos para trascender las dificultades y la duda, además de aceptar y hacernos responsables de las consecuencias de nuestras decisiones (agradables y desagradables).

Sin embargo, desarrollar la habilidad de abandonar completamente otras posibilidades, por muy atractivas que estas resulten, decir no, entiendo que es la clave para lograr una mayor fuerza y determinación para llegar a nuestro destino. Nos permitirá centrarnos, mirar en una sola dirección. Alinear nuestras fuerzas en la misma dirección y multiplicar así nuestras posibilidades de éxito.

Tanto si se trata de la estrategia de tu empresa, de tu proyecto o de la carrera que quieres estudiar, un sólo camino, un paso a la vez. Pero uno firme, bien dado, sólido y estable.

Cada elección incluye todo esto, y algo de valentía. Que todos tenemos.

Gracias por tu tiempo en la lectura.

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