Los diferentes cambios en la economía global, la inclusión de avances tecnológicos e innovadores y la evolución de las distintas fases empresariales en los últimos años han llevado a dinamizar el mercado actual de las organizaciones para mantenerse en flujo de demanda constante y competitividad.
Estamos en la era de la cuarta revolución industrial, desde mediados del año 2000, y hoy el mercado es un espacio inimaginado para aquellos empresarios que apostaban por dominarlo con su oferta exclusiva, sin riesgo y básica para el usuario final. Y sí, puede ser que en su momento la primera y segunda revolución empresarial, basada en procesos mecánicos (no tecnológicos), aunque si innovadores y disruptivos para su momento, logrará grandes resultados y avances.
La era de la digitalización
La llegada de la tecnología (tal como la conocemos hoy en día) solo se dio hace unos 60 años, cuando se evidenció el salto evolutivo en los procesos empresariales, económicos y comerciales. La tercera revolución vino nada más que con el nacimiento de la internet y desde ese momento empezamos a modelar y plantear todo en términos de digitalización. Y funcionó.
El siglo XXI llegó con la apertura total de la era digital, con la expansión en todo su furor de miles de productos y servicios digitalizados y claro, con ella, la cuarta revolución empresarial. Hoy podríamos decir que casi todo está a un clic y que podemos acceder desde cualquier parte a lo que necesitemos, de la forma que queramos y cuándo lo deseemos. Las organizaciones han avanzado notoriamente en su evolución, en estar al día en la digitalización de su core de negocio.
La digitalización la podemos entender como “un proceso de evolución y maduración de diferentes componentes de las organizaciones para ir en sintonía con los cambios y demandas del mercado en términos digitales y tecnológicos. Esta obedece a un proceso de transformación, sí, transformación, para ser competitivas y avanzar en el cumplimiento de sus metas y objetivos de acuerdo a la demanda de los usuarios y la aceleración del mercado”. Hay un plan de adopción y puesta en marcha de procesos digitales pero ¿ se han transformado digitalmente estas empresas?
De la digitalización a la transformación digital
Si hay algo masificado en el ambiente, las conversaciones, los libros, charlas, las propuestas de trabajo y las empresas es hablar de “Transformación Digital”. Y sí, es algo que está de boca en boca, de moda, pero que siendo muy realistas dista mucho del dicho al hecho. Somos la generación de los cambios tecnológicos, de la digitalización, somos la fuerza dinámica del mercado naciente y creciente que impulsa la revolución industrial hacia una nueva instancia, tal vez a una quinta revolución, pero que carece de apropiación, creencia y puesta en ejecución en ámbitos empresariales.
Las organizaciones confunden constantemente, y no solo al hablar, los conceptos de Transformación Digital y Digitalización. En el marco empresarial, podríamos plantear los siguientes escenarios en los cuales podríamos encontrar cada concepto al interior de una organización, en donde normalmente se habla de digitalización como transformación digital.
- Digitalización: cambios en los cuales las empresas “elevan” sus procesos internos y externos hacia nuevas plataformas o desarrollos tecnológicos que les permiten automatizar actividades y funciones, buscando agilizar tiempos y resultados. Relación software y hardware
- Transformación: cambio en los paradigmas y las formas de pensar y actuar al interior de las empresas, buscando modificar conductas de empleados, proveedores y clientes que puedan llevar a la empresa a mejores escenarios de relacionamiento y evolución estratégica. Relación conductual y de filosofía empresarial.
- Transformación digital: proceso de cambio global en el que la conducta de las personas que hacen parte de la cadena de valor de una empresa se modifica e interioriza en el uso de los recursos tecnológicos y digitales, generando adopción y uso positivo en los diferentes procesos de la compañía. Estas implementaciones traen consigo transacciones significativas que llevan a la empresa a ser competitiva en el mercado actual. En sí es una adopción profunda que implica cambios, mejoras y actualización de todos los posibles puntos de contacto de la compañía con su entorno interno y externo bajo la línea digital. Apropiación y resultados
En una empresa pueden coexistir los dos primeros escenarios, no necesariamente llegando al tercero que es la Transformación Digital. Uno de los dos, digitalización y transformación, debe ser la punta de lanza para que una organización comience su ruta de evolución digital, sin embargo no es garantía que lo logre ya que es un proceso largo, exigente y profundo.
La transformación digital requiere de cambios importantes en las bases de la organización, la convicción total de la alta gerencia, el compromiso total de sus colaboradores y proveedores y una planeación y asignación presupuestal clara y sostenible. Sin estos elementos, como mínimo, es imposible pensar en la transición empresarial hacia la dinámica actual del mercado digital.
La quinta revolución empresarial está encima y llegó de la mano de la inteligencia artificial, machine learning y el open data en toda su expansión. Mucho de esto ya lo vivimos, pero sus grandes resultados se verán en pocos años con resultados increíbles. Y en tu empresa están ¿cambiando, digitalizando o transformando digitalmente? una pregunta importante para el negocio y mercado actual y venidero.